miércoles, 16 de mayo de 2007

Sobre patanes y burócratas (valga la redundancia)

Esta mañana, otra vez (y van tres en menos de diez días), he tenido que ir a Puigcerdà para echar un cable a mi tío con un tema de escrituras, empresas y líos de lo más variopinto relacionados (notad el regusto a ironía de mis palabras) con el apasionante mundo de la gestión empresarial. En principio, la hora programada con el notario para soltar unas firmitas era las once, pero entre unas cosas y otras, como siempre, la cosa se ha alargado... ¡hasta las dos! Y aún suerte que ha podido solucionarse, porque en las otras dos ocasiones nos dejaron colgados y con cara de tonto por chorradas del tipo "Uy, es que falta el sello del ayuntamiento para el formulario 7-B"... Total, que no solo me he quedado sin siesta antes de ir a currar sino que apenas he tenido para comer como es debido.

La conclusión que he sacado de todo esto es que odio todo lo que tenga que ver con la burocracia. Aborrezco a los abogados, notarios, procuradores, directores de banco y demás personajes inútiles y, lo que es peor, absolutamente innecesarios en nuestro mundo. Tampoco es que eso sea nuevo, pero tenía que decirlo, y pido disculpas desde ya por si con ello ofendo a alguien. Detesto a esa panda de aprovechados y chupasangres, me ponen enfermo. Y a mí, que todo me suena a lo mismo:


-Haga el favor de poner atención en la primera cláusula porque es muy importante. Dice que... la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte. ¿Qué tal, está muy bien, eh?


- No, eso no está bien. Quisiera volver a oírlo.


- Dice que... la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.


- Esta vez creo que suena mejor.


- Si quiere se lo leo otra vez.


- Tan solo la primera parte.


- ¿Sobre la parte contratante de la primera parte?


- No, solo la parte de la parte contratante de la primera parte.


- Oiga, ¿por qué hemos de pelearnos por una tontería como ésta? La cortamos.


- Sí, es demasiado largo. ¿Qué es lo que nos queda ahora?


- Dice ahora... la parte contratante de la segunda parte será considerada como la parte contratante de la segunda parte.


-Eso si que no me gusta nada. Nunca segundas partes fueron buenas. Escuche: ¿por qué no hacemos que la primera parte de la segunda parte contratante sea la segunda parte de la primera parte?



Los hermanos Marx: Una noche en la ópera



, pues ya tengo decidido que pasaré el resto de mis días tan apartado de esa gentuza como me sea posible. Sí, ya sé que tarde o temprano me tocará pasar por el aro, y además varias veces; pero lo haré enfurruñado, a desgana y soltando toda clase de execrables improperios. Que por algo estoy en mi derecho.

En fin, nos vemos en los tribunales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que grandes los hermanos Marx!!!
Yo trabajo en una Administración de Fincas, no somos burócratas pero tratamos con gente, y es verdad que tanto papeleo te saca de quicio pero tendrías que ver/vivir lo que alguien puede llegar a pedir, o la de multitud de mentalidades simples que pueblan este mundo, gente que no piensa, que su respuesta ante una dificultad es el insulto (sea a quien sea) y que su gran solución a un problema es no solo ser pesados sin aportar nada sino tratar de inútil a todo el mundo.
Yo siempre he dicho que el problema no es algún tipo de gente, sino la humanidad en general. Unos por ir de listos y otros por no pararse a pensar un poco.
Solo nos queda la paciencia y el "vive y deja vivir".