miércoles, 23 de mayo de 2007

Spider-man 3

Por fin puedo dormir tranquilo: ya he visto Spider-man 3. ¿Qué os voy a decir que no sepáis? Seguro que la mayoría de vosotros también la habéis visto; y si no es así pasad por taquilla, aunque solamente sea para cercioraros de que la película, como se dice, es la peor de las tres.

No voy a mentiros: sin duda lo es. Como fan entusiasta del trepamuros, salí del cine igual que suelo salir de un examen: decepcionado, con un cabreo del quince y deseando olvidar lo ocurrido minutos atrás. Alguien debería dar una buena patada en el culo a la panda de ¿guionistas? que han perpetrado semejante película.

Empezaré comentando las cosas que se salvan, así acabaré antes. Las escenas de acción, por ejemplo. Son trepidantes aunque a veces un poco confusas, dan ganas de volver a verlas una y otra vez, aunque en mi opinión no llegan a la altura de las dos primeras partes; esa sensación de vértigo al ver a Spider-man balanceándose entre los rascacielos de Nueva York se ha perdido, y ninguna de las peleas es tan buena como la contienda con Octopus en la segunda parte. Pero, bueno, sí, hay que admitir que están bien. Y otra cosa buena, en este caso genial: la gran escena de presentación del Hombre de Arena. Es imponente, vale la entrada por sí misma.

Pero, a todo esto, ¿qué hace ahí el Hombre de Arena? ¿No se supone que el malo de la película era Venom? ¿De verdad es ese personaje tan importante en la trama? No, por supuesto que no. Y ahí tenemos el defecto fundamental de la película: la trama es demasiado compleja para ser abarcada en tan poco tiempo. Un cómic de chorrocientas entregas puede permitírselo, y una serie también, pero no una película como esta. Si se abren demasiados hilos argumentales la película pierde solidez, los personajes no se desarrollan y el conjunto queda amorfo, carente de ritmo y sin una historia principal que conduzca las demás. No es que lo diga yo, es que eso es de patio de parvulario. Y que no me vengan con la excusa de que hay que respetar el original, porque, si es así, ¿qué ha pasado con los lanzaredes?

Lo principal, a mi entender, tenía que ser el cambio que se opera en los personajes a lo largo de la historia, pero todo queda lastrado como consecuencia del desbarajuste que he mencionado. Peter pasa de bueno a malo y de malo a bueno en cuestión de segundos, de una escena para otra, y lo de Harry es aún peor. En el cómic, la persona que más teme y odia el traje negro de Spidey es Mary Jane, porque ella es quien más sufre las consecuencias de lo que le ocurre a Peter. En la película, la relación M. J.- simbionte es sencillamente inexistente.

¿Y Venom? Venom es el mayor antagonista que Spider-man ha tenido nunca, precisamente porque es su reverso, porque Peter ve en él el reflejo de lo que ha rechazado para cumplir la palabra que dio a su tío, porque le gustó lo que sentía enfundado en su traje negro y en el fondo aún teme convertirse en él de nuevo. Pero en la película se reduce a Venom a un villano más, a un malo maloso como cualquier otro. Y eso es una cagada como la copa de un pino, mucho más teniendo en cuenta que esta película (supuestamente) es la última de la serie. Da mucha rabia pensar que una despedida a lo grande como podía haber sido esta película se haya quedado en algo tan mediocre.

A todo esto sumémosle que los chascarrillos chulescos de nuestro hombre araña han desaparecido; me refiero a esas frasecillas ingeniosas que, especialmente en el cómic, soltaba durante las peleas y que también definían la complejidad del personaje. Sumémosle escenas pastelosas y sonrojantes, como la del bailecito por las calles o la muerte de ya-sabéis-quién, acaso en un burdo intento de acercar la película al público infantil. Sumémosle la falta de provecho que se ha sacado al triángulo Peter-Mary Jane-Harry. Sumémosle que tía May se ha convertido en un personaje anodino, cuya única razón de ser son las moralinas que va soltando a quien quiera escucharla. Sumémosle malos detalles, imprecisiones en el guión, escenas fuera de lugar. ¿Qué nos queda?

Pues casi nada.

Y lo peor es que sé que volveré a verla. Varias veces. Porque a un servidor ese casi nada que le puede ofrecer el peor Spider-man sigue sabiéndole a gloria.

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