martes, 3 de julio de 2007

Ira Levin: La semilla del Diablo

Supongo que a estas alturas todos conocéis la excelente película del mismo nombre rodada a finales de los 60, con Roman Polanski en la dirección. Si no es así, que sepáis que os estáis perdiendo un referente absoluto en lo que a cine de terror se refiere, y yo que vosotros enmendaría ese error lo antes posible. Bien, pues esta película está basada al pie de la letra (es más bien un calco exacto) en la novela que he tenido estos días entre manos, con el mismo título (ya hablaremos luego de eso) y escrita por Ira Levin.

Pero decir que La semilla del Diablo es la base de una gran película es quedarse corto, muy corto. Esta novela es buena por sí misma, por su calidad narrativa y el miedo que infunde, por sus méritos como precursor y la maestría que demuestra en el arte de mantener la verdad agazapada, apenas visible entre las sombras.

La semilla del Diablo narra la historia de Guy y Rosemary Woodhouse, un joven matrimonio que, gracias a un golpe de ¿suerte?, consigue mudarse a un piso en la vieja casa Bramford. Guy es todavía un actor de segunda fila, tan egocéntrico y seguro de su talento como se puede ser, mientras Rosemary es una joven ingenua, llegada poco tiempo atrás a Nueva York procedente de un pueblo pequeño y renunciando a las raíces profundamente católicas de su familia. Poco después de mudarse, Rosemary queda embarazada tras una noche extraña, y a medida que la gestación avanza se da cuenta de que cosas muy raras están pasando a su alrededor, sobretodo en lo que respecta a sus vecinos y su círculo de amigos, entre los que se incluye su ginecólogo...

A lo largo de la novela, Ira Levin desgrana la historia con un enorme acierto a la hora de contener la información, de sugerir en lugar de mostrar, de modo que la angustia aumenta página a página sin que en ningún momento se sepa del todo qué está pasando. Levin hace de la sutileza su mejor arma: uno siempre se queda con la sensación de que lo importante es lo que no le están contando a Rosemary... y, por extensión, a uno mismo. Hay algo tras el telón de las palabras, algo escondido en la maleza. El problema es que no se puede escrutar para ver qué hay, porque la raíz del asunto está dentro del propio cuerpo de la protagonista.

El embarazo, más aún el primerizo, conlleva un miedo inherente: algo crece en el interior de tu cuerpo, algo que aunque sea íntimo también es desconocido, ajeno a uno mismo. No se sabe si la cosa va bien o mal, si el bebé se está desarrollando con normalidad, si es niño o niña... u otra cosa. La mujer solamente puede estar atenta a las señales de su propio cuerpo y aferrarse a la esperanza; y estos son los miedos que invoca el autor en el libro, porque el miedo siempre surge de lo ignoto, y alojar lo desconocido dentro uno mismo tiene que ser por fuerza el peor de los miedos. ¿No? Bueno, no sé, a ver si alguna fémina se anima a corroborarlo (o desmentirlo) en algún comentario, porque yo de esto no entiendo.

Por lo demás, destacar dos últimas cosas sobre este libro. Lo primero es el título, una cuestión sencillamente indignante. Jamás he visto a un traductor meter tanto la pata como el genio (no sé quién sería, supongo que debe andar escondido debajo de las piedras) que tradujo Rosemary’s baby por La semilla del Diablo. Menuda forma de cargarse un final antes de empezar. Lo otro, y por hacer justicia y no acabar la reseña de este gran libro de mal humor, es decir que esta obra forma, junto a El exorcista y La profecía, la santísima trinidad (sí, es una contraposición hecha a posta) de las historias de terror centradas en la figura del diablo; de estas dos, El exorcista es la novela de terror moderno que más miedo me ha hecho pasar nunca. Tan imprescindible, o incluso más, que La semilla del diablo (sic.) Os lo dice un ateo irredento.

Que Dios os coja confesados.

1 comentario:

darkreader dijo...

Felicitaciones, me ha gustado mucho tu comentario sobre esta gran novela, una de mis favoritas. Siempre le he tenido especial cariño a las obras del gran Ira Levin, de las cuales Rosemary´s Baby es una de las mejores. :)